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Con Diseño Divino - La Semana del 8 de Enero

Con Diseño Divino

Los planes de Dios para tu vida (segunda parte)

De la Palabra de Dios:“Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor—.   Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos” (Isaías 55:8-9, NTV).

Los planes de Dios son mejores que los míos. Esa es una verdad que necesitamos decidir en nuestro corazón. ¿Por qué son mejores? Entre otras cosas, porque él es omnipresente, de manera que ya está en el futuro y por tanto sabe qué es lo mejor para mí. Dios lo sabe todo. Yo no. Yo puedo orar por una situación determinada, e incluso puedo ser completamente sincera y decirle al Señor cuál es mi deseo ¡y hasta atreverme a expresarle lo que a mi entendimiento resulta mejor! Pero yo no soy omnisapiente, por lo tanto tengo que confiar en que el resultado está mejor en las manos de Dios que en las mías. 

Los pensamientos de Dios están por encima de los míos. Mi manera de pensar está empañada por el pecado, por mis limitaciones, por los defectos de un mundo caído, pero los de Dios no. Los de él son perfectos, puros. Por lo tanto, cualquier plan que yo quiera hacer tengo que someterlo a Dios, mi agenda tiene que estar escrita con lápiz, no con tinta, para que Dios pueda borrar y cambiar a su antojo.

El apóstol Santiago nos enseña con claridad que sí podemos hacer planes, siempre y cuando los sometamos a Dios (Santiago 4:13-17). Tengo que contar con él y saber que él puede cambiarlos e incluso cancelarlos. Y sea cual sea el resultado, aprender a estar contenta porque sus planes son mejores siempre.

Los planes de Dios requieren fe.La pregunta del millón de dólares: ¿puedo conocer los planes de Dios? La respuesta es sí… y no.

En Jeremías 33:3 tenemos una promesa que conocemos pero quizá malinterpretamos: “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”. La palabra original para conocer en ese versículo implica discernir, distinguir, conocer por experiencia propia. Si se lo pedimos, Dios puede revelarnos muchas cosas. Ahora bien, no siempre esas cosas serán lo que nosotros queremos saber, no siempre será el paso 1, paso 2 y paso 3. Ni tampoco qué va a pasar mañana. A veces esas cosas grandes y ocultas (misterios, cosas inaccesibles) son del ámbito espiritual: paz que excede a todo entendimiento, gozo, fortaleza, etc.

Como dijimos la semana pasada, a veces nos parece que vamos por un túnel oscuro, y no vemos luz…ni siquiera al final. Sin embargo, mira lo que Dios nos dice a través del profeta Isaías: “¿Quién entre ustedes teme al Señor y obedece la voz de su siervo? Aunque camine en la oscuridad, y sin un rayo de luz, que confíe en el  nombre del Señor y dependa de su Dios” (Isaías 50:10, cursivas mías). La realidad es que los planes de Dios requieren fe. Aquí está la respuesta. Aunque camines por el túnel, en la oscuridad, sin un rayo de luz…tienes que confiar en los planes de Dios y en que él te revelará, a su tiempo, lo que considere oportuno.

Me encanta lo que dicen los versículos 35 y 36 de Hebreos 10 porque muchas veces cuando no vemos o no podemos entender lo que Dios está haciendo, nos desanimamos: “Por lo tanto, no desechen la firme confianza que tienen en el Señor. ¡Tengan presente la gran recompensa que les traerá! Perseverar con paciencia es lo que necesitan ahora para seguir haciendo la voluntad de Dios. Entonces recibirán todo lo que él ha prometido” (NTV). Dios quiere un pueblo que confíe en él y en sus planes.

Estamos comenzando un nuevo año y muchas veces nos trazamos metas, escribimos propósitos. Tal vez estás “desterrada en Babilonia” y no ves la salida, ni la solución, ni el futuro. Te ves en el túnel. Recuerda estas verdades y hazlas tuyas en 2014:

1. Dios sabe los planes que tiene para ti, los que tiene para mí.

2. Son planes de bien y para bien.

3. Son mejores que los que tú y yo podamos hacer.

4. Dios quiere que confíes en él.

Recuerda que aquí estamos de paso, que la meta final, la casa final, está del otro lado de la eternidad. No obstante, Dios está trabajando en ti y tiene un plan para tu vida. Vive segura de que así es y el año 2014 quedará en tu historia como un año de victoria. No porque lograste todo lo que tú querías, sino porque Dios hizo en ti lo que planeó hacer, y eso siempre tiene éxito.

Bendiciones,

Wendy

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