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Con Diseño Divino - La Semana del 3 de Junio

Con Diseño Divino

¿Para quién me visto yo?

De la Palabra de Dios:“Está vestida de fortaleza y dignidad” (Proverbios 31:25a, NTV).

Desde niñas nos atrae todo lo relativo a la moda. Son muy pocas las mujeres que no se interesan en este tema.

Lamentablemente la cultura postmoderna en la que vivimos nos presenta un concepto de moda y belleza que dista mucho de ser lo que caracteriza a la mujer sabia que Dios quiere que seamos. No tengo nada en contra del buen vestir. Me gusta. Y como a toda mujer, me interesa lucir bien. De hecho creo que debemos cuidar de nuestra apariencia siempre. Sin embargo, hay una verdad que no vas a encontrar en ninguna de las revistas dedicadas al tema de la moda y la belleza femenina: La mujer sabia, partiendo de que es una mujer que ama a Dios y tiene una relación personal con él, se viste para darle honor a él y no para hacer voltear los ojos de quienes la vean pasar.

La palabra hebrea para dignidad quiere decir esplendor, majestad, gloria, honor. Es curioso que la misma palabra se usa en otros pasajes con un significado todavía más elevado: glorificar a Dios. ¿Te das cuenta? La mujer virtuosa, la mujer sabia, se viste con honor y para dar honor, para glorificar a Dios.

Sin embargo, la sensualidad está permeando cada centímetro del mundo que nos rodea. Basta con mirar cinco minutos cualquier revista mientras estamos en la fila para pagar en el supermercado, o simplemente hojear una circular de tu tienda favorita. Todas gritan a coro: “tienes que lucir sexy”, pero esa no puede ser la meta de la mujer sabia. La mujer sabia quiere vivir honrando a Dios.

Y no es cuestión de vestirse con un siglo de atraso sino de elegir ropa que me haga lucir bien, con la que me sienta cómoda y bonita pero con honor, con dignidad, con pureza, sin el deseo de hacer arder corazones ajenos ni de provocar sentimientos que no den gloria a Dios.

Lucir bellas para provocar las miradas masculinas no puede tener lugar en el corazón de una mujer que busque honrar a Dios. Jesús dijo: “Pero yo digo que el que mira con pasión sexual a una mujer, ya ha cometido adulterio con ella en el corazón” (Mateo 5:28). No seamos la causa de un pecado así. Tenemos que hacer nuestra parte porque al y fin y al cabo, es a Dios a quien rendiremos cuentas.

Esta verdad la entendí con los años. Me costaba procesarla cuando era joven. Pero ahora que la entiendo quisiera poder gravarla en las mentes de todas las jóvenes que conozco.

¿Quieres una ayuda para entenderlo y saber si estás siendo sabia en este aspecto? Cada día, cuando nos paremos frente al espejo, seamos honestas y hagámonos estas preguntas: Cuando escojo una ropa, ¿qué tengo en mente? ¿Agradar a Dios, dar honor a su nombre (y al de mi esposo) o llamar la atención de los ojos masculinos que me miren hoy? Es así de sencillo.

El viejo adagio repite “el hábito no hace al monje”. Es decir, que lo que llevamos por fuera no cambia quién somos por dentro, pero sí dice mucho de los valores que tenemos, a quién representamos. Tú y yo hemos sido llamadas a marcar la diferencia. Somos una contra-cultura, y esa tarea no es fácil, pero cuando Jesucristo nos llamó nunca dijo que sería fácil.

La sabiduría tiene que caracterizarnos incluso a la hora de pararnos frente al clóset o el armario y decidir cómo nos vamos a vestir cada día. Imagina por un segundo que Jesús estuviera junto a ti, ¿qué ropa escogerías?

Mujer, llegar a ser sabia abarca cada aspecto de nuestra vida, incluso la belleza. Seamos mujeres que visten con honor y para dar honor a Dios, y que buscan dejar por dondequiera que pasen un aroma que evoque a Cristo.

{Esta lectura es un fragmento del libro “Una mujer sabia”, y ahora mismo lo estamos estudiando en mi sitio web, wendybello.com. Para conocer los detalles, puedes visitar esta página.}

Bendiciones,

Wendy

© 2015 Wendy Bello

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