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Alimento Diario - 2 de Marzo, 2018

  

Marzo 2

Leer Marcos 11:1-10

LOS MANTOS FUERA DE SUS ESPALDAS

Por el camino, muchos tendían también sus mantos, mientras que otros tendían ramas que habían cortado en el campo. (Marcos 11:8)

“Con alfombra roja”. Así es como se describe una bienvenida real en la cultura occidental. La muchedumbre que recibió a Jesús pensaba igual. Con mucha alegría los discípulos de Jesús pusieron sus mantos sobre el lomo del burrito, haciendo lo mejor que podían hacer a falta de montura. La muchedumbre tomó sus propios mantos y los desparramó sobre el camino, formado una alfombra real para que Jesús pasara. Habrá sido pobre e improvisada, pero estaba llena de alegría y amor.

No puedo dejar de preguntarme qué habrán dicho las mujeres a sus esposos e hijos cuando los vieron llegar a casa con más ropa manchada para lavar. Bueno, en realidad, puedo imaginar cada palabra. Pero, ¿cómo se habrán defendido? “Es que era para Jesús”, deben haber dicho. “Perdón por tanta tierra y el trabajo extra. Pero era para Jesús. Espero que comprendas.”

Las mujeres que recibieron a Jesús ya comprendían. Quienes lo habían conocido antes, quienes lo habían escuchado predicar, habían sido sanados o consolados por él, habían sido perdonados y bendecidos, ellos también comprendían. Nada es demasiado bueno para Jesús, porque todo lo que tenemos está manchado… nuestros mantos, nuestros corazones, nuestras vidas.

Gracias a Dios que Jesús vino a limpiarnos. Pero no vino a lavar nuestras ropas con agua y jabón, sino a lavarnos a nosotros para dejarnos perfectamente limpios y puros, como dignos hijos de un rey. Y lo hizo con su propia sangre.

Oración: Límpiame, Señor Jesús, para que pueda ser un digno hijo tuyo. Amén.

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