Alimento Diario - 17 de Julio

Riquezas terrenales

No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Mateo 6:19

Hace varios años, en la calle principal de una ciudad de Japón, había una tienda de antigüedades que tenía un letrero en la ventana que decía:

"LA RIQUEZA QUE NO PERECE CON EL TIEMPO.
INVIERTA SU DINERO EN ANTIGÜEDADES".

El cartel se encontraba todavía allí aún después que la tienda tuvo que cerrar. ¿Por qué se cerró? La ciudad fue sacudida por un fuerte terremoto, y dejó la tienda, con todos sus tesoros de antigüedades, en ruinas y escombros.

Me pregunto, ¿cuántas personas invierten sus vidas en cosas que piensan les traerán placer y seguridad duraderos? Se me ocurre que son muchísimas.

Sé de algunos que depositan toda su confianza en sus cuentas bancarias y en la estabilidad de sus trabajos. Otros invierten todo en sus familias y amigos. Tristemente, los terremotos imprevisibles de la vida a menudo destruyen estas cosas, así como sucedió con las antigüedades de esa tienda.

Mucho mejor sería para depositar confiar en el Señor Jesús. Si alguien desea realmente una riqueza que no perece con el tiempo, lo que necesita es ponerse a sí mismo, junto con su confianza, su futuro y su fe, en las manos laceradas del Salvador Jesucristo.

Los que así lo hacen, algún día verán su fe y su confianza bendecidas y muy bien recompensadas.

ORACIÓN: Señor, el mundo hace muchas promesas que no puede cumplir. Sólo Jesús, el Salvador, a través de su redención de las almas pecadoras, puede darnos lo único que es necesario: el perdón y la salvación. Este es el único tesoro que durará eternamente. Y por darme ese tesoro, te doy las gracias. En el nombre de Jesús. Amén.

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