Un Hombre Muerto Vuelve a Vivir - Aventuras en la Historia Sagrada - La Semana del 20 de Junio

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2016 Jun 20

Un Hombre Muerto Vuelve a Vivir

“Yo soy la resurrección y la vida.” - Juan 11:25

Lázaro y sus hermanas, María y Marta, eran buenos amigos de Jesús. Con frecuencia, ellos lo invitaban a que los visitara en su hogar cerca de Jerusalén.

Un día, Jesus recibió un mensaje de María y Marta: "Señor, aquel a quien amas está enfermo." Las hermanas estaban seguras de que Jesús vendría inmediatamente y sanaría a Lázaro. Pero Él se quedó donde estaba por dos días.

Mientras Jesús esperaba, Lázaro murió. ¡Cuán chasqueadas estaban las hermanas! Estaban seguras de que Jesús vendría y sanaría a Lázaro. No podían entender por qué Él había dejado morir a su amigo. Entonces, cuatro días después que Lázaro había sido sepultado en una cueva, Jesús llegó a Betania.

"¡Señor!" clamó Marta, "¡si tan sólo hubieras venido, mi hermano no habría muerto!" Jesús miró con ternura a Marta. "Tu hermano va a resucitar," le prometió. "Sí," dijo Marta, " yo sé que él resucitará en la resurrección en el día postrero." "Yo soy la resurrección y la vida," dijo Jesús. "Él que cree en Mí, aunque muera, volverá a vivir."

Cuando llegaron frente a la tumba de Lázaro, Jesus ordenó, "Quiten la piedra." Varios hombres sostuvieron la piedra y la movieron a un lado.

Entonces Jesús alzó Sus ojos al cielo y oró: “Padre, te doy gracias porque siempre me oyes. Yo sé que siempre me oyes, pero dije esto por los que están aquí, para que puedan creer que Tú me enviaste.”

Entonces Jesús clamó a gran voz: “¡Lázaro, ven fuera!”
Se oyó un susurro dentro de la tumba, el sonido de pisadas, y entonces Lázaro apareció a la entrada de la tumba. Las envolturas le tapaban la boca y ataban sus manos y sus pies, pero estaba vivo. Había regresado de la muerte al oír la voz del Dador de la vida.
“Desátenlo,” dijo Jesús. María y Marta lloraban de gozo mientras abrazaban a su hermano.

Muchas personas que estuvieron en la tumba aquel día creyeron en Jesús por el milagro que habían visto. Ahora María y Marta entendieron por qué Jesús no había venido cuando ellas le enviaron a buscar al principio. Él quería mostrar el poder y la gloria de Dios a esa gente que de otra manera tal vez nunca habrían aprendido acerca de Él si Lázaro no hubiera muerto.