Crosswalk.com

Alimento Diario - 25 de Agosto

  

El débil y el poderoso

Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos. 1 Corintios 1:27

La historia para la devoción del día de hoy es una de aquéllas que, por su seriedad, debe ser contada.

Comienza en la ciudad de Independence, en el estado de Missouri, cuando muy temprano en la mañana una monja que miraba por una ventana del convento vio a un hombre que atravesaba los campos de maíz en actitud sospechosa. Así es que, en compañía de otras monjas, fue a investigar si el hombre estaba perdido o cazaba ilegalmente. Ambas posibilidades eran malas.

Resultó que el hombre era un ladrón y estaba armado con una escopeta, pero, cuando lo cuestionaron, este ladrón armado huyó corriendo. En vez de suspirar de alivio, las monjas, vestidas con sus largos hábitos y chancletas, emprendieron la carrera detrás del hombre a través de los campos de maíz.

¿Puede visualizar la escena?  Si bien es cierto que el hombre no se dejó capturar, al menos las monjas consiguieron verlo lo suficiente como para dar una descripción completa a la policía.

Me pregunto si eso fue lo que San Pablo tenía en mente cuando escribió: "Dios escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos". Probablemente no.

Pero, por otro lado, la historia sí refleja lo que dice San Pablo. He estado presente cuando todo un restaurante de pronto quedó en completo silencio cuando un niño comenzó a orar. He visto a una anciana de 90 años darle una tremenda reprimenda a su nieto -un fornido jugador de fútbol. Y ahora he visto a una monja persiguiendo a un ladrón armado.

Es indudable que el Señor usa a los débiles. Él usó a Moisés para liberar a su pueblo; usó al joven David para derrotar a un gigante; usó a unos pescadores y a un cobrador de impuestos para que compartieran la historia del Salvador con el mundo.

Todo esto me lleva a la conclusión que el Señor también puede usarnos a usted y a mí para que demos testimonio de su gran amor expresado en el pesebre, la cruz y la tumba vacía.

ORACIÓN: Querido Señor, en verdad tú obras en formas misteriosas, usando incluso al débil para enseñar al poderoso. Así como uno de aquéllos débiles, te pido que me permitas dar testimonio del perdón, salvación y alegría que he recibido de Jesús. En tu nombre. Amén. 

© Copyright 2010 Cristo Para Todas Las Naciones 

CRISTO PARA TODAS LAS NACIONES 
660 Mason Ridge Center Dr. 
St. Louis, MO 63021 
1-800-972-5442 
camino@lhm.org 
www.paraelcamino.com