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Alimento Diario - 27 de Agosto

  

 

Gracia abundante

Te basta con mi gracia. 2 Corintios 12:9a

Qué palabra tan poderosa para un pecador. Es por gracia que somos salvos. Entregada gratuitamente y siendo completamente inmerecida, la gracia es el perdón que los cristianos recibimos a través del regalo de Dios: su hijo Jesucristo.

La magnitud de lo que Dios ha hecho por nosotros, sin embargo, puede que nos eluda. Vivimos en un mundo que nos llena de distracciones. Aún siendo cristianos nos preocupamos y perdemos de vista la esperanza que tenemos a través de la fe. El resultado: a medida que vamos perdiendo de vista la magnitud del amor de Dios, la duda se va adueñando de nuestra mente.

¿Acaso nos olvidamos que fue la gracia de Dios la que nos salvó cuando todavía éramos pecadores? Esa gracia fue demostrada a través del sacrificio de Jesús en la cruz. “…cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8b). Levantado de la muerte tres días después, la sangre de Jesús satisfizo el juicio contra nosotros que nuestros pecados exigían.

¡Eso sí que es gracia!

La gracia es la fuente de las dádivas de Dios, y es por ello que es suficiente para nosotros. En la vida nos pueden ocurrir muchas cosas difíciles; pero ante todas ellas, Jesús nos dice –como se lo dijo al apóstol Pablo—:“Te basta con mi gracia”.

Dios demuestra al mundo una gracia abundante –tan abundante como para transformar los corazones más duros y encallecidos de los pecadores.

ORACIÓN: Dios misericordioso, te damos gracias por todo lo que recibimos de ti, especialmente la gracia que nos rodea a nosotros con tu amor y perdón infalibles. En el nombre de Jesús. Amén.

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