Ánimo en tiempos de terror
Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra, las naciones estarán angustiadas y perplejas por el bramido y la agitación del mar. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con poder y gran gloria. Cuando comiencen a suceder estas cosas, cobren ánimo y levanten la cabeza, porque se acerca su redención. Lucas 21:25,27-28
El Señor dejó señales para recordarnos que el mundo, tal como lo conocemos, llegará a su fin. El final será antecedido por cambios en la naturaleza que provocarán temor y angustia en los incrédulos. Muchos buscarán explicaciones que los ayuden a mantener la calma, pero las repuestas que recibirán, en lugar de paz, los confundirán más.
San Lucas escribe que el mayor acontecimiento, en el marco de estos eventos, será cuando vean “al Hijo del hombre venir en una nube con poder y gran gloria”. Todos verán al Señor.
Pero cuando Cristo vuelva ya no lo hará como siervo, sino como Rey. De la misma manera en que el mundo llegará a su fin, también habrá llegado a su fin el tiempo de la gracia de Dios. Ya nadie tendrá la oportunidad de arrepentirse.
El evangelio marca una diferencia entre el pánico que domina a los incrédulos, y el “ánimo” de los creyentes. Cuando comiencen a suceder estas cosas, los hijos de Dios “levantarán sus cabezas” mirando al cielo, buscando a Jesús, a quien por tantos siglos han esperado. Porque ellos saben que esas señales indican que “se acerca su redención”.
Entonces habrán llegado los tiempos de refrigerio, donde el sufrimiento finaliza y lo que viene es la gloria eterna.
ORACIÓN: Padre celestial, gracias por haberme hecho parte de quienes, con gozo, esperan tu venida. Amén.
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