Un Día de Gozo - Aventuras en la Historia Sagrada - La Semana del 28 de Marzo

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2016 Mar 28

Un Día de Gozo

“Galileos ¿por qué se han quedado mirando al cielo? Este mismo Jesús que estuvo entre ustedes y que ha sido llevado al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse allá.” - Hechos 1:11

Después de que Jesús fue puesto en la tumba el viernes, sus seguidores se fueron tristes a sus hogares. Algunas mujeres prepararon perfumes y ungüento para poner en el cuerpo de Jesús. Además, nos dice el evangelio de Lucas: "Descansaron el sábado conforme al mandamiento." Todos los que creían en Jesus probablemente estuvieron muy pensativos durante aquel sábado tratando de descifrar por qué las cosas habían terminado de esa manera. Ellos habían esperando que Jesús fuera coronado rey y ahora yacía muerto.

El domingo al amanecer, María Magdalena acompañó a dos mujeres que llevaban los ungüentos que habían preparado para ungir el cuerpo de Jesús. Al llegar a la tumba, encontraron que la gran piedra había sido quitada y en ella estaba sentado un joven vestido de blanco con ropa blanca resplandeciente. Miraron dentro y vieron a otros dos jóvenes sentados en el lugar donde habían puesto el cuerpo de Jesús. Las mujeres se asustaron, pues no sabían que eran ángeles.

"No se asusten," les dijo el ángel. "¿Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado? Ha resucitado; no está aquí. Vayan y digan a sus discípulos y a Pedro: Él va a ir a Galilea antes que ustedes, allí lo verán."

Unos pocos días después hubo una feliz reunión entre Jesús y sus discípulos en Galilea. Imagínate qué felices estaban los amigos de Jesús cuando lo volvieron a ver. Debe haber sido muy emocionante hablar con Él y tocarlo. Ahora sabían que Él era realmente el Hijo de Dios.

Durante 40 días estuvo enseñando a sus discípulos lo que tenían que hacer cuando Él se fuera. Les dijo que debían ir por todo el mundo, comenzando en Jerusalén y enseñar que la salvación es posible para todo él que cree en Él. Les prometió que cuando se fuera, enviaría al Espíritu Santo para ayudarlos en su tarea.

Tal vez la historia de la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, parece como si hubiera sucedido hace mucho tiempo. Pero Dios ve el futuro. No sólo vio la gente que vivía en el tiempo de Jesús, sino que te vio a ti exactamente como eres y en el lugar donde estás ahora. Dios te amó desde el mismo principio y quiere que estés con Él para siempre.

Él murió por ti, por toda tu familia y por todos tus amigos. Jesús hizo su parte de salvarte, pero ahora tú debes hacer la tuya. Necesitas aceptar el don de su salvación. Por qué no inclinas la cabeza y dices: “Señor, yo creo que eres el hijo de Dios y que moriste por mis pecados porque me amas. Acepto tu regalo de salvación y vida eterna. Por favor, ven y vive en mi corazón para siempre. Amén.”