Aventuras en la Historia Sagrada - La Semana del 19 de Diciembre

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“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.”  - Proverbios 4:23

Dios nos ha dado cinco sentidos: visión, audición, gusto, tacto y el olfato. Estos sentidos nos ayudan a aprender acerca del mundo que nos rodea. Dios nos puede hablar a través de nuestros sentidos, pero Satanás también. Todo depende de que nosotros vigilemos las avenidas del alma. Debemos escuchar la voz de Dios y mantenernos lejos de la voz de Satanás.

Miles de mensajes nos llegan todos los días a través de los ojos. Algunos buenos y otros malos. Pero tú puedes escoger y mirar todo aquello que es bello y bueno. Puedes escoger para mirar sólo aquello que te ayudará a amar y ayudar a otros. Lo mejor es leer la Biblia.

Otra avenida es el sentido de la audición. Es importante escoger buena música para escuchar; música que te inspire a ser más como Cristo. Pero hay otros sonidos de los cuales debieras cuidarte. Cuando un amigo cuenta un chisme o cuenta un chiste que hiere a otros, es tiempo de alejarte. Nosotros también producimos otros sonidos que pueden tener mucho más efecto que los sonidos que escuchamos. ¿Te quejas, discutes, tienes mal genio o hablas suave y alegremente? Una buena forma de no hacer sonidos negativos es orando. Es imposible discutir cuando uno está orando.

La tercera avenida es el tacto. Podemos usar el sentido del tacto para desarrollar los talentos creativos en música, arte, cocina, jardinería, artesanía, etc. También, cuando toques algo o a alguien, hazlo siempre con ternura y de una manera agradable.

El gusto es otro de los sentidos que Dios no dio. ¿A quién no le gusta comer? Dios hizo comidas que supieran buenas y también nos dio jugos y agua para beber, a fin de que nuestros cuerpos estén sanos. Los malos hábitos alimenticios producen mala salud que nos hace más difícil resistir la tentación de Satanás. Es difícil ser amable y tierno como Cristo, cuando nuestros cuerpos están débiles, enfermos e irritados por la mala nutrición.

Hasta el sentido del olfato nos puede acercar a Dios o a Satanás. Si estamos en un lugar donde olemos por todas partes alcohol, tabaco y drogas, muy pronto vamos a querer probarlo. Lo mejor es alejarse y mantenerse lejos de estas cosas. Camina al aire libre. Así podrás oler las flores, los pinos, la nieve fresca y la paja acabada de cortar. Estas cosas te recordaran del poder creador de Dios, quien nos ama e hizo todo el mundo para nuestro beneficio.

Hay formas de proteger las avenidas. Jesús nos va ayudar. ¿Quieres que Él te ayude a escoger las cosas buenas para que entren por tus sentidos? ¿Por qué no le preguntas ahora mismo? Él está siempre listo para ayudar.

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